miércoles, 26 de diciembre de 2007

Do androids dream of electric sheep?

Veo que al final de mi vida me pasará lo mismo que al personaje de Woody Allen en Zelig, estaré con la vergüenza de no haber leído Moby Dick o cualquiera de esos grandes clásicos de la literatura que, todo el mundo a mi alrededor habrá leído...

Por el miedo a que eso pase, me voy reformando y, por ello hoy quiero hablar de la única novela que me acabo de leer de Philip K. Dick, ese relato en el que se basa la película de Ridley Scott que ahora acaba de volver a la moda, tras 25 años desde su esteno.

Ahora que estamos trabajando con adaptaciones, lo que se hizo en cine con la prosa de Dick me ha dejado de piedra, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia? casi...
Todos los personajes en cine siguen modelos arquetípicos del héroe, de la lucha, y todos, al menos en los géneros de acción y fantasía o ciencia ficción, tienen la meta de seguir con vida, de ahí que lo más interesante de la película fueran las luchas por la supervivencia en una sociedad en la que nadie está seguro de si su vida es cierta o no. Eso se manifiesta en la novela de un modo que era más difícilmente cinematográfico, en una sociedad en la que los hombres se han marchado a Marte (a ver cuando empezamos a irnos nosotros, que ya vamos con retraso) aquellos que prevalecen en la tierra buscan su estatus, su estilo de vida burgués en un desierto, y eso lo consiguen con la posesión de animales. No sólo animales. Animales vivos.
Un mundo en el que los humanos valoran tanto los animales en vida y hacen continuas réplicas eléctricas más económicas, e incapaz de asumir lo mismo para los propios humanos, divididos entre androides y humanos, con la única diferencia de la empatía...

No es plan de insistir más en el argumento de un relato de poco menos de 100 páginas, pero el mensaje que lanza Dick acerca de la vida, con cientos de subtextos como la culpabilidad, las luchas éticas, la supremacía de la especie (como algo incluso racial) y la crueldad llega a ser más interesante en ese escaso número de páginas que ciertas novelas de Asimov, otro autor muy consagrado al que aún no he encumbrado ni mucho menos. Y eso es porque Dick no sólo crea un mundo futurista desesperanzador e interesante, con unos personajes que ya no puedo dejar de ver como Harrison Ford, Rugter Hauter, Daryl Hannah y Sean Young, aunque sean tan diferentes a los modelos heroicos diferentes que representan en la película, sino porque toca el tema que más puede preocupar a una persona en cualquier momento de su vida, un tema que, importante o no, todos han pensado por lo menos 5 segundos: si lo que hay detrás de las religiones, de la otra vida, del futuro es tan falso como podríamos serlo nosotros mismos.

porque nosotros sabemos que somos humanos por nuestros recuerdos, nuestra sangre, nuestro dolor, todo lo que nos hace parte del mundo: la empatía, pero, ¿y si sólamente fuera porque hemos evolucionado, como los propios androides de la novela de Dick?

desde luego, no creo ser un androide, desgraciadamente nuestro mundo no ha llegado a ser tan avanzado y decrépito como para tener una caja de empátía que controle nuestros sentimientos, pero si me planteo que todo puede ser menos visceral y menos real de lo que nos planteamos... porque como decían en la película:

- es una pena que no pueda vivir, pero ¿quién vive?

esto pasa cuando lees este libro, miles de pensamientos sobre tantos temas... y apenas podría decir que sí, que está cojonudamente escrito y traducido, que me han encantado las definiciones de los personajes (una pena que Irán se quedará fuera de la película, aunque le da mucha más fuerza a Deckard ser un personaje solitario), las situaciones con respecto a los animales me han impresionado gratamente y me han dado ganas de leer todo lo que alcance de Dick... aunque al final de mi vida no me de tiempo a todo...

...pero...
¿quién vive?

lunes, 17 de diciembre de 2007

Cordón

Hace dos meses que no subo nada aquí, pero (aun) no lo he abandonado. Para nuestros posibles lectores (al menos mis colaboradores espero que lo lean y lo critiquen, pó favó) hoy inauguro la etiqueta Relatos. Con un relato propio se entiende. Leed y sufrid. Pero sobre todo comentad, criticad, destrozadme si es necesario. Aunque si hay algo bueno también os agradecería que lo hagais constar. Si no lo hay no me hagais la pelota porque pobrecito..., no es necesario.


CORDÓN

Otra vez los cordones desatados. Como lo odiaba. Siempre igual con esos cordones redondos. Tenía que cambiarlos por unos normales, siempre lo decía. Pero lo iba dejando día tras día.
Miró el reloj sin dejar de caminar. Llegaba tarde. Siguió andando, no se iba a detener ahora a atárselos. Eran sólo diez minutos más hasta la cafetería. Ya lo haría allí, una vez sentado delante de Andrea. Cruzó la calle mirando rápidamente a ambos lados. Pensó que sería jodido que se tropezara ahora con el cordón desatado y le atropellaran.
Era un día muy frío. Metió las manos en los bolsillos y apretó el paso. No podía evitar pensar en los cordones. Se preguntó porqué esos detalles tan nimios le ponían tan nervioso, las cosas fuera de sitio, era algo que le incomodaba. Estuvo a punto de agacharse junto a la panadería, pero el abrigo era corto, le dejaría la espalda al aire un momento, y hacía tanto frío.
Llegó al siguiente paso de peatones. Al otro lado había unos pivotes para evitar que los coches aparcaran en la acera. Allí los ataría. Se podía permitir perder diez segundos, Andrea no se enfadaría por eso. Cruzó ansioso por restaurar su pequeño orden. Llegó hasta el pivote, alzó el pie izquierdo y lo apoyó. Agarró las dos puntas, hizo el nudo y una lazada con maestría. Cuando hubo terminado oyó un chirrido a su derecha, y un ruido metálico. Se giró justo a tiempo de ver el coche abalanzarse sobre él.
El conductor perdió la consciencia sólo unos segundos. Rápidamente se levantó del asiento y salió por la puerta. El coche estaba incrustado en la pared de un edificio de ladrillo. Apenas había podido ver a aquel hombre antes de arrollarle. Dio la vuelta al vehículo y allí estaba su cuerpo, inmóvil sobre el suelo. Las piernas tenían una postura antinatural. Los cordones de las zapatillas estaban desatados.

sábado, 20 de octubre de 2007

Cuentos del agua

He pensado que es una buena idea publicar aquí convocatorias de concursos de relatos de las que tenga noticia, para aquellos que estén interesados en participar. Invito a mis colaboradores a hacer lo mismo (y así yo también me entero).
En este caso se trata del concurso Cuentos del Agua, organizado por la Expo Zaragoza 2008, que tiene como temática (¿lo adivináis?) el agua. Del mismo modo todos los relatos presentados a concurso tienen que tener relación con el agua. De hecho según las bases se juzgará la relevancia que ésta tiene en el relato. Para aquellos que estén interesados podeis encontrar más información aquí: Escuela de escritores.

Por mi parte pretendo participar. Tras el fallo del jurado es posible que publiqué aquí mi relato para escarnio público (podeis comprar piedras para la lapidación en la entrada, las bolsas de gravilla están de oferta).

lunes, 8 de octubre de 2007

Cuando los escritores entran en el mundo del cine...

El pasado Lunes tuve la gran presentación anual que inicia los comienzos de las clases de la escuela de cine y artes de Madrid... en ella pudimos ver, en gran primicia, la última película del escritor, director y jurado de San Sebastián, Paul Auster

un gran tipo, Paul Auster
gran escritor, gran nombre reconocido, gran director de cine desde la oportunidad que le brindó Wayne Wang con Smoke... gran moderno

Paul Auster es un escritor del momento, de los modernos, de los adolescentes de ahora
pero debo reconocer que este hombre no ha escrito para mí...

este verano decidí comenzar la aventura de leer a Auster. después de ver Smoke y comprarme el Cuento de Navidad de Auggie Green (que, hasta la fecha, es lo que más me ha gustado de él, tanto el relato como la película) decidí empezar con El Palacio de la Luna

es una historia con una premisa muy interesante, la búsqueda de un mito, de un padre, la ausencia de un referente paterno y cómo influye en la vida, la repetición en bucle de las vidas, el amor y todas sus consecuencias catastróficas... tiene muchos temas interesantes que quizá no supe captar, quizá el hecho de que me resultara tedioso y, en ocasiones, algo aburrido pero con un buen sabor de boca final (al menos, por haberlo terminado) fuera responsabilidad mía

de modo que decidí dar otra oportunidad al escritor y recibí como regalo de cumpleaños la ansiada Trilogía de Nueva York
tres relatos con idea policiaca... con la misma idea... con el mismo modo de escribir...
clones...

George Lucas creó a los peores clones de la historia, sobre todo, porque los puso todos juntos en una gran pantalla. No llegó a tanto, pero los tres relatos, en novelas diferentes, hubieran tenido mejor resultado. Puedo entender tres historias diferentes sobre la vida en Nueva York, pero tan similares...

Lo cierto es que Auster se arriesga muchísimo en sus personajes, es un escritor íntegro, se mete en los pensamientos más inciertos de los personajes y no ha creado filosofía barata como tantos otros, pero en todos sus libros pasa lo mismo, siempre el protagonista es un personaje herido, siempre ha sufrido la pérdida de una mujer o hijo (que conste que no es un dato spoiler, en casi todos sus libros a las 30 páginas ya sabes a qué persona importante en su vida perdió el protagonista) y no llega a ser, para nada, todo lo innovador que el fanatismo literario ha creado

pero todos los "grandes" merecen otra oportunidad... así que vimos La historia íntima de Martin Crown en el Kinépolis con el grandioso David Thewlis y la guapa Irene Jácob (debo definirlos así, el está genial, ella, sólo guapa)
en fin, quizá hablando de cine esté más en mi ambiente, pero es una novela gráfica en un proyector... tiene una maravillosa idea que espero que, algún día explote de una mejor manera, una musa enamorada del escritor y cómo él decide sacrificar su obra por ella
Tras la idea, apenas queda la interpretación de Thewlis, cercana, divertida, perfecto en el papel del gruñón Auster. y eso es todo lo bueno que diría que tiene...
Cuenta con una dirección cutre y forzada con los típicos flashes en blanco y negro típicos en los más ñoños del cine, planos cerrados en el mismo ángulo y abiertos de nuevo en el mismo varias veces, hasta cansaral espectador y, lo peor al tratarse de un escritor de talle, un lamentable ritmo que hace que la historia parezca acabar continuamente o que, al menos, uno lo desee...

No sé por qué me extrañó, lo mismo sucedió con Lulú on the bridgue que, pese a Harvey Keitel y un par de hermosas frases de autor, peca de lo mismo

¿Quizá es que Auster empezó a fastidiarla cuando se metió en el cine? ¿Ha llegado a confundir ambas carreras y ya no nada en ninguna? no sé si hizo Smoke antes o después de las novelas que he citado, es que me ha desinteresado hasta ese punto de, ni siquiera, apretar una tecla en el google

pero aún así no seré rencorosa e intentaré amoldarme al mundo cultureta moderno, que suele tener muy buen gusto salvo excepciones

así que... ¿alguien me puede recomendar alguna obra decente de Paul Auster o le mando definitivamente a tomar por saco?

lunes, 1 de octubre de 2007

Wild Cards (1)

WILD CARDS
Edited by George R. R. Martin

En 1986 el mundo de los superhéroes estaba cambiando. Gran parte de la culpa la tuvo Watchmen la obra maestra del cómic de Alan Moore. Al final la gran revolución del mundo del cómic se quedó en agua de borrajas por motivos en los que no me explayaré aquí (y que el propio Moore explica tan bien en sus entrevistas). Pero el caso es que algo cambió en la percepción de ese género aquel año. El volumen 1 de Wild Cards apareció efectivamente en 1986, y tiene un obvio punto en común con Watchmen. Son ambas obras "adultas" dentro del género superheroico (aunque Wild Cards en formato de novela y Watchmen en cómic) y ambas se plantean como sería el mundo real si existieran de verdad los superhéroes. Y ambas son lecturas que merecen la pena.
Wild Cards nos plantea un mundo alternativo en el que, tras la Segunda Guerra Mundial, un virus extraterrestre llega a la Tierra, matando a miles de personas, transformando y deformando a otros (los llamados Jokers), y dotando a unos pocos elegidos de superpoderes (los llamados Ases). A partir de este punto vemos la historia de Estados Unidos en este universo alternativo, desde los años 40 hasta la actualidad (lo que era la actualidad en 1986, claro).
La historia está construida a base de relatos cortos, cada uno realizado por un autor diferente, y editados por George R. R. Martin (uno de los autores de fantasía y ciencia ficción más famosos en los últimos tiempos gracias sobre todo a su saga Canción de hielo y fuego, a la que estoy irremediablemente enganchado) que también colabora con la historia Shell Games y los interludios que salpican la novela.
Toda obra de este estilo sufre un lastre de partida, y es la irregularidad en la historia. Wild Cards no es una excepción. Obviamente unos relatos son más interesantes que otros, pero la idea general de la obra y la empatía (o la repulsión) que provocan los personajes es suficiente para mantener el interés durante casi toda la obra. Hay un par de ellos, no obstante, que cuestan un poco más: The long dark night of Fortunato (de Lewis Shiner), por excesiva, y Down deep (de Edward Bryant y Leanne C. Harper) por aburrida y farragosa. Esto se compensa con algunas historias geniales, como la ya comentada Shell games, donde se puede apreciar la gran habilidad de narrador de George R. R. Martin, que le ha valido tanto éxito posteriormente, Transfigurations (de Victor Milán) donde nos encontramos con el mismo Jim Morrison y nuestra primera verdadera lucha de superpoderes, o The Sleeper (de Roger Zelazny) si bien no por su calidad literaria sí porque nos presenta uno de los personajes más interesantes, Croyd Crenson.
En general un libro más que recomendable, especialmente para lectores de comics, que verán muchos de los clichés del género enfrentados a la dura realidad. En realidad no es más que el primer tomo de la primera trilogía de una saga que lleva ya 17 volúmenes (con el 18 saliendo en enero de 2008). Pero desde luego al menos para al menos los dos siguientes a mi me han convencido.
Nota: 7,5

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Tom Waits

TOM WAITS. Conversaciones, entrevistas y opiniones.
Mac Montandon


Antes de nada, ¿quien es Tom Waits? El que lo sepa que levante la mano. Bueno, Tom Waits es un cantante y compositor. Esa es su faceta más conocida, pero también es un buen actor habiendo aparecido en películas de gente como Francis Ford Coppola (hacía de Renfield en Drácula) o Jim Jarmusch (protagonizó Down by law). Es lo que se suele llamar una figura de culto. Nunca ha tenido una canción en el "top ten", pero lleva 35 años ganándose la vida con su música y tiene un grupo de seguidores realmente considerable. Por supuesto, yo me considero uno de ellos (aunque llegué muy tarde a esto).

El libro en cuestión es una recopilación de entrevistas realizadas al cantante durante toda su carrera, así como de algunos artículos, una conversación con Elvis Costello y un par de poemas de Bukowski que le sirvieron de inspiración según sus propias palabras (aquí mi colaboradora seguro que tiene algo que decir). Es, desde luego, un artículo de interés para cualquiera interesado en la figura de Tom Waits, repasando su vida artística desde los momentos barriobajeros de los 70, donde frecuentaba moteles de carretera y no tenía dirección fija, hasta el Waits más reformado (y más interesante) de la actualidad: casado, con hijos y más metido en la experimentación musical (además no fuma ni bebe desde hace unos 15 años).


Uno de los puntos interesantes del libro es descubrir esa personalidad extraña que Tom Waits muestra ante los periodistas. Durante toda su carrera se ha dedicado a mentir o a contar medias verdades sobre su vida por pura diversión (al igual que otros artistas como Meat Loaf). De modo que a estas alturas es difícil diferenciar lo que es verdad de lo que no. Igualmente resulta fascinante descubrir detalles de la fabricación de su música, como la invención de instrumentos propios, el uso de objetos encontrados en vertederos o la base rítmica del disco Real Gone, que creo con sonidos bucales en su propio cuarto de baño.

No obstante en ocasiones el libro se hace un tanto repetitivo, aunque no se puede culpar al recopilador Mac Montandon más que de no haber reducido si acaso el material. La razón es que la mayoría de los periodistas hacen las mismas preguntas. Por ello no extraña que Tom Waits se invente las respuestas (aunque también las repite en varias entrevistas).

Quien sí se merece un tirón de orejas es la editorial española. La traducción no termina de convencer. Es cierto que es difícil, porque hay mucha jerga y frases hechas difíciles de pasar al español, pero aun así parece que le falta algo de sentimiento, las frases no resultan nada naturales. No sé definirlo mejor. Lo que es un problema mayor es la cantidad de faltas de ortografía y errores tipográficos del libro. ¿No se supones que se paga a alguien sólo para que controle eso?

En general un libro sólo para los fans de Tom Waits. No es tampoco imprescindible, pero después de leerlo creo que conozco mucho mejor al personaje, si bien no tanto a la persona.
Para los que no conozcan a Tom Waits... ¿a qué narices estáis esperando?

jueves, 13 de septiembre de 2007

CAPOTE

Desde pequeña mi madre me hablaba de Audrey Hepburn. De lo hermosa que era, la clase que tenía y cuánto le gustaba ver Desayuno con diamantes una y otra vez y recordar esa maravillosa boquilla para el cigarrillo y ese tocado imposible de llevar fuera de un plató de cine...

El caso es que a mí nunca me gustó la película. Durante años he encontrado montones de razones discutidas de viaje, en la universidad, en casas... No las recopilaré todas, sólo puedo decir que el personaje de Holly Golightgay me parecía desaprovechado en alguien tan adorable y dulce y que, al conjunto en total, le faltaba algo.

Desde hace unos meses sé el motivo. El motivo sólo puede llamarse Truman Capote.
No diré que es mi escritor favorito, pero nada de lo que he leído de él me ha decepcionado como tantos otros y, cuando en mi cumpleaños recibí una avalancha de obras suyas, Desayuno con diamantes, A sangre fría (que merece toda una entrada nueva) y los relatos de Música para camaleones.

Aprovechando la coyuntura, empecé rápidamente con Desayuno con diamantes. Había leido que no tenía nada que ver con la película y eso me animaba a conocer los auténticos destinos de la neoyorkina adoradora de Tiffanys.

y cual es mi sorpresa al encontrarme una novela corta cercana al relato en la que el personaje de Audrey es toda una señorita de compañía alocada que aparece y desaparece enamorando y desenamorando al narrador y tantos otros personajes, con un aspecto mucho menos glamouroso sino una niña de pelo corto que juega a disfrazarse de mujer elegante y adulta.

Capote cuenta sus aventuras y desventuras y su relación con el narrador (suponemos Paul, Hanníbal del Equipo A) con la mayor frialdad, mostrando sin convenciones ni palabras edulcoradas un personaje libre que no deja de huir y de meterse en problemas, sin un asqueroso final feliz edulcorado que detesto (sí, la película, al que le gusten los finales ñoños con besos desapasionados bajo la lluvia, lo siento)

No hay un final, y no es porque Capote peque de autor existencialista moderno que considera que "cada uno interprete lo que quiera" porque no sepa terminarlo, sino porque es una historia de la que, viendo el personaje, ignorando donde puede estar, piensas en que ni el mismo personaje lo sabría seguro y que, sólo por eso, ese es su final: que no lo haya

En realidad hoy iba a hablar de Musica para camaleones, pero otra vez será, de todas maneras el mito de la película no hace justicia. El relato de Desayuno con diamantes no es mucho mejor que tantos otros de este libro... pero esa es otra historia

y así empezamos esta vez

sábado, 8 de septiembre de 2007

Wicked

Wicked. Gregory Maguire


Existe cierta tendencia en los últimos años en los trabajos de ficción a darle un poco la vuelta a la tortilla a las historias clásicas, especialmente en la fantasía, a intentar ver el enfoque del villano, o un enfoque más neutral, con menos diferenciación entre heroes y villanos. Dentro de esa tendencia (de hecho en sus mismos orígenes, pues la novela fue publicada originalmente en 1995) se enmarca Wicked. Se trata en este caso de la historia de la Bruja mala del oeste (en el inglés original the wicked witch of the west, de ahí el título) de El mago de Oz, contada desde el punto de vista de ésta.

La protagonista de la historia es Elphaba, la futura "bruja mala", que tiene la mala suerte de nacer con la piel verde y una terrible alergia al agua. La novela nos lleva desde su infancia hasta su muerte. Por supuesto en esta novela ni la bruja es mala en realidad, ni es siquiera una bruja en el pleno sentido de la palabra.

Uno de los aciertos de la novela es el no limitar la historia a contar El mago de Oz desde el punto de vista contrario, haciendo que la bruja mala sea buena y la bruja buena sea mala. Por el contrario nos muestra a todos los personajes como gente más o menos corriente. Con algunas excepciones claro (el Mago es básicamente un villano se mire por donde se mire). La definición del personaje de Elphaba es también bastante buena, haciéndote sentir empatía hacía ella pero sin llegar a convertirla en una bellísima persona, haciendo a veces que repruebes sus actos. Igualmente varios de los personajes secundarios son también bastante interesantes, si bien hay un par de ellos (especialmente los personajes masculinos) que deberían ser más importantes y por los que no llegas a sentir nada.

Como cabría esperar Elphaba está representada como una incomprendida y una rebelde. El problema es que algunos de los cambios de actitud que sufre el personaje a lo largo de la historia son a veces no muy creíbles. Este problema se acentúa cuando al final de la novela se intenta dar una especie de explicación mágica que en realidad no explica nada. Precisamente es ese pequeño matiz místico, o mágico, lo más flojo, ya que no está bien desarrollado a lo largo de la novela, apareciendo en puntos aleatorios y sin ser resuelto nunca. Al final se dejan demasiados cabos sueltos.

La novela sufre también de ese mal que por alguna razón es tan común en la literatura, el final acelerado. Todos sabemos como termina la historia de El Mago de Oz, pero eso no quiere decir que se tenga que dejar a medio contar. No es tan grave como en otros casos, pero es terrible ese momento en que la bruja lanza tres oleadas de criaturas, éstas son derrotadas y finalmente envía a sus monos alados para traer a Dorothy, todo en dos páginas. Además este punto sufre otro problema y es el aparente cambio de actitud de la bruja de un párrafo al siguiente. Si el autor pretendía mostrarnos la desesperación o quizá la inestablidad de la bruja, no ha funcionado.

Finalmente el tema del libro es claro, el mal es algo relativo. A ese respecto está bien logrado el que no haya, con la posible excepción del Mago, ningún personje maligno. Como ya he dicho la bruja mala no es mala, pero la buena tampoco. Hay una frase que, si bien en el libro queda un tanto forzada, fuera de él suena a cita interesante: “People who claim that they’re evil are usually no worse than the rest of us. It’s people who claim that they’re good, or anyway better than the rest of us, that you have to be wary of.” ("La gente que asegura ser mala no es normalmente peor que el resto de nosotros. Es con la gente que dice ser buena, o al menos mejor que el resto de nosotros, con los que hay que tener cuidado")

Mirando comentarios de lectores por Internet (vale, lo reconozco, sólo los de Amazon) parece que la opinión está muy dividida, la gente odia la novela o la adora. Personalmente ni una cosa ni otra. Si tengo que decidirme diría que me ha gustado, he disfrutado con ella, y le he llegado a coger cierto aprecio al personaje principal (especialmente en los años de universidad, la parte más lograda en mi opinión). Pero como historia está desequilibrada, además de los problemas ya mencionados.


Nota: 6

viernes, 7 de septiembre de 2007

El vicio de la lectura

Pues sí, porque es otro vicio más, la verdad, de los que te dejan la cuenta de ahorros temblando. Pero siempre queda mejor decir que te dejas la pasta en libros que en alcohol.

Bueno, pues de eso va este nuevo blog, de la palabra escrita. Aquí publicaré comentarios y/o críticas sobre los libros que me vaya leyendo (y que irán apareciendo en la sección Now reading del lateral). Pero igualmente, como también soy escritor aficionado, os torturaré con los maltrechos frutos de mi retorcida mente.
Esa era la idea inicial cuando pensé en crear este blog. Pero entonces se me ocurrió "¿porqué deleitarme yo solito en este ejercicio sádico cuando puedo invitar a todos mis amigos?" Así que la idea es ésta: busco colaboradores para el blog. Me da lo mismo que sea para comentar libros, cómics o cualquier cosa relacionada, como ya he dicho, con la palabra escrita, como para publicar sus propios relatos aquí. Supongo que siendo varios podremos mantenerlo más actualizado y atraer a más amiguetes que pueda ponernos verdes en los comentarios, además de ponernos verdes entre nosotros mismos (que al fin y al cabo es el objetivo, que así crece uno). Así pues, si alguien se apunta que me lo diga en los comentarios y le mandaré la invitación de colaborador. No necesito que os comprometais a nada, si publicais una sola entrada en el resto de vuestras vidas, me daré por contento.
¡No me dejeis solo!

... y bienvenidos

PD: El nombre se me ocurrió sin más (ya sé que no es muy original). Existía otro blog de nombre similar, pero puesto que lleva tres años inactivo (y sólo duro 8 meses) me siento con derecho a usurparlo. La dirección del blog (leeburro.blogspot.com) la he sacado de una canción de Mamá Ladilla ;)
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