lunes, 17 de diciembre de 2007

Cordón

Hace dos meses que no subo nada aquí, pero (aun) no lo he abandonado. Para nuestros posibles lectores (al menos mis colaboradores espero que lo lean y lo critiquen, pó favó) hoy inauguro la etiqueta Relatos. Con un relato propio se entiende. Leed y sufrid. Pero sobre todo comentad, criticad, destrozadme si es necesario. Aunque si hay algo bueno también os agradecería que lo hagais constar. Si no lo hay no me hagais la pelota porque pobrecito..., no es necesario.


CORDÓN

Otra vez los cordones desatados. Como lo odiaba. Siempre igual con esos cordones redondos. Tenía que cambiarlos por unos normales, siempre lo decía. Pero lo iba dejando día tras día.
Miró el reloj sin dejar de caminar. Llegaba tarde. Siguió andando, no se iba a detener ahora a atárselos. Eran sólo diez minutos más hasta la cafetería. Ya lo haría allí, una vez sentado delante de Andrea. Cruzó la calle mirando rápidamente a ambos lados. Pensó que sería jodido que se tropezara ahora con el cordón desatado y le atropellaran.
Era un día muy frío. Metió las manos en los bolsillos y apretó el paso. No podía evitar pensar en los cordones. Se preguntó porqué esos detalles tan nimios le ponían tan nervioso, las cosas fuera de sitio, era algo que le incomodaba. Estuvo a punto de agacharse junto a la panadería, pero el abrigo era corto, le dejaría la espalda al aire un momento, y hacía tanto frío.
Llegó al siguiente paso de peatones. Al otro lado había unos pivotes para evitar que los coches aparcaran en la acera. Allí los ataría. Se podía permitir perder diez segundos, Andrea no se enfadaría por eso. Cruzó ansioso por restaurar su pequeño orden. Llegó hasta el pivote, alzó el pie izquierdo y lo apoyó. Agarró las dos puntas, hizo el nudo y una lazada con maestría. Cuando hubo terminado oyó un chirrido a su derecha, y un ruido metálico. Se giró justo a tiempo de ver el coche abalanzarse sobre él.
El conductor perdió la consciencia sólo unos segundos. Rápidamente se levantó del asiento y salió por la puerta. El coche estaba incrustado en la pared de un edificio de ladrillo. Apenas había podido ver a aquel hombre antes de arrollarle. Dio la vuelta al vehículo y allí estaba su cuerpo, inmóvil sobre el suelo. Las piernas tenían una postura antinatural. Los cordones de las zapatillas estaban desatados.

2 comentarios:

Airin dijo...

Hey!

te lo debia...
debo decir que acabo de ver que no se guardó el ultimo comentario que hice, al respecto de tu relato.
intentare recordar todo:
para empezar, nuestra eterna disputa por tu preferencia por la forma al contenido. cuidas mucho en el relato, y con muy buenas maneras, el orden de los sucesos, el modo en el que ocurren y con un final muy claro en tu cabeza...

el problema, es que tambien en la mia, pero eh! q eso no te eche ni mucho menos atras, creo que ya he perdido la capacidad de sorpresa, (salvo con Dick) porque el otro dia vi persepolis y todo lo que se iba dibujando en mi cabeza aparecia en pantalla...

Volviendo a "Cordón", creo que te montas mucha historia para un gag, cuentas un personaje, una situacion, defines un protagonista y una antagonista prescindible para lo que quieres contar. y es muy de cajon q le atropellen...

aun asi, no es una gran critica porque siempre te esfuerzas mas en la forma, en el como contar tu historia... y sobre eso, solo diria "HIGH FIVE!"
(creo que choca esos cinco vale para decirte "guay" "mola" y, q creo que es un estilo muy apropiado y certero, solo te queda q lo q quieras contar tenga todo a sus pies...

Un saludo!!!!

lumatt dijo...

Buen relato Rotwang. Debo preguntar si eres (doy por supuesto que sí) el mismo Rotwang de Dublín. Yo soy el amiguito íntimo de una compañera lejana en el fin del mundo. El fin del mundo como tal se entiende una ciudad de la zona sur de Madrid. Bueno, te dejo la incertidumbre de saber quién soy.

lumatt

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