miércoles, 19 de septiembre de 2007

Tom Waits

TOM WAITS. Conversaciones, entrevistas y opiniones.
Mac Montandon


Antes de nada, ¿quien es Tom Waits? El que lo sepa que levante la mano. Bueno, Tom Waits es un cantante y compositor. Esa es su faceta más conocida, pero también es un buen actor habiendo aparecido en películas de gente como Francis Ford Coppola (hacía de Renfield en Drácula) o Jim Jarmusch (protagonizó Down by law). Es lo que se suele llamar una figura de culto. Nunca ha tenido una canción en el "top ten", pero lleva 35 años ganándose la vida con su música y tiene un grupo de seguidores realmente considerable. Por supuesto, yo me considero uno de ellos (aunque llegué muy tarde a esto).

El libro en cuestión es una recopilación de entrevistas realizadas al cantante durante toda su carrera, así como de algunos artículos, una conversación con Elvis Costello y un par de poemas de Bukowski que le sirvieron de inspiración según sus propias palabras (aquí mi colaboradora seguro que tiene algo que decir). Es, desde luego, un artículo de interés para cualquiera interesado en la figura de Tom Waits, repasando su vida artística desde los momentos barriobajeros de los 70, donde frecuentaba moteles de carretera y no tenía dirección fija, hasta el Waits más reformado (y más interesante) de la actualidad: casado, con hijos y más metido en la experimentación musical (además no fuma ni bebe desde hace unos 15 años).


Uno de los puntos interesantes del libro es descubrir esa personalidad extraña que Tom Waits muestra ante los periodistas. Durante toda su carrera se ha dedicado a mentir o a contar medias verdades sobre su vida por pura diversión (al igual que otros artistas como Meat Loaf). De modo que a estas alturas es difícil diferenciar lo que es verdad de lo que no. Igualmente resulta fascinante descubrir detalles de la fabricación de su música, como la invención de instrumentos propios, el uso de objetos encontrados en vertederos o la base rítmica del disco Real Gone, que creo con sonidos bucales en su propio cuarto de baño.

No obstante en ocasiones el libro se hace un tanto repetitivo, aunque no se puede culpar al recopilador Mac Montandon más que de no haber reducido si acaso el material. La razón es que la mayoría de los periodistas hacen las mismas preguntas. Por ello no extraña que Tom Waits se invente las respuestas (aunque también las repite en varias entrevistas).

Quien sí se merece un tirón de orejas es la editorial española. La traducción no termina de convencer. Es cierto que es difícil, porque hay mucha jerga y frases hechas difíciles de pasar al español, pero aun así parece que le falta algo de sentimiento, las frases no resultan nada naturales. No sé definirlo mejor. Lo que es un problema mayor es la cantidad de faltas de ortografía y errores tipográficos del libro. ¿No se supones que se paga a alguien sólo para que controle eso?

En general un libro sólo para los fans de Tom Waits. No es tampoco imprescindible, pero después de leerlo creo que conozco mucho mejor al personaje, si bien no tanto a la persona.
Para los que no conozcan a Tom Waits... ¿a qué narices estáis esperando?

jueves, 13 de septiembre de 2007

CAPOTE

Desde pequeña mi madre me hablaba de Audrey Hepburn. De lo hermosa que era, la clase que tenía y cuánto le gustaba ver Desayuno con diamantes una y otra vez y recordar esa maravillosa boquilla para el cigarrillo y ese tocado imposible de llevar fuera de un plató de cine...

El caso es que a mí nunca me gustó la película. Durante años he encontrado montones de razones discutidas de viaje, en la universidad, en casas... No las recopilaré todas, sólo puedo decir que el personaje de Holly Golightgay me parecía desaprovechado en alguien tan adorable y dulce y que, al conjunto en total, le faltaba algo.

Desde hace unos meses sé el motivo. El motivo sólo puede llamarse Truman Capote.
No diré que es mi escritor favorito, pero nada de lo que he leído de él me ha decepcionado como tantos otros y, cuando en mi cumpleaños recibí una avalancha de obras suyas, Desayuno con diamantes, A sangre fría (que merece toda una entrada nueva) y los relatos de Música para camaleones.

Aprovechando la coyuntura, empecé rápidamente con Desayuno con diamantes. Había leido que no tenía nada que ver con la película y eso me animaba a conocer los auténticos destinos de la neoyorkina adoradora de Tiffanys.

y cual es mi sorpresa al encontrarme una novela corta cercana al relato en la que el personaje de Audrey es toda una señorita de compañía alocada que aparece y desaparece enamorando y desenamorando al narrador y tantos otros personajes, con un aspecto mucho menos glamouroso sino una niña de pelo corto que juega a disfrazarse de mujer elegante y adulta.

Capote cuenta sus aventuras y desventuras y su relación con el narrador (suponemos Paul, Hanníbal del Equipo A) con la mayor frialdad, mostrando sin convenciones ni palabras edulcoradas un personaje libre que no deja de huir y de meterse en problemas, sin un asqueroso final feliz edulcorado que detesto (sí, la película, al que le gusten los finales ñoños con besos desapasionados bajo la lluvia, lo siento)

No hay un final, y no es porque Capote peque de autor existencialista moderno que considera que "cada uno interprete lo que quiera" porque no sepa terminarlo, sino porque es una historia de la que, viendo el personaje, ignorando donde puede estar, piensas en que ni el mismo personaje lo sabría seguro y que, sólo por eso, ese es su final: que no lo haya

En realidad hoy iba a hablar de Musica para camaleones, pero otra vez será, de todas maneras el mito de la película no hace justicia. El relato de Desayuno con diamantes no es mucho mejor que tantos otros de este libro... pero esa es otra historia

y así empezamos esta vez

sábado, 8 de septiembre de 2007

Wicked

Wicked. Gregory Maguire


Existe cierta tendencia en los últimos años en los trabajos de ficción a darle un poco la vuelta a la tortilla a las historias clásicas, especialmente en la fantasía, a intentar ver el enfoque del villano, o un enfoque más neutral, con menos diferenciación entre heroes y villanos. Dentro de esa tendencia (de hecho en sus mismos orígenes, pues la novela fue publicada originalmente en 1995) se enmarca Wicked. Se trata en este caso de la historia de la Bruja mala del oeste (en el inglés original the wicked witch of the west, de ahí el título) de El mago de Oz, contada desde el punto de vista de ésta.

La protagonista de la historia es Elphaba, la futura "bruja mala", que tiene la mala suerte de nacer con la piel verde y una terrible alergia al agua. La novela nos lleva desde su infancia hasta su muerte. Por supuesto en esta novela ni la bruja es mala en realidad, ni es siquiera una bruja en el pleno sentido de la palabra.

Uno de los aciertos de la novela es el no limitar la historia a contar El mago de Oz desde el punto de vista contrario, haciendo que la bruja mala sea buena y la bruja buena sea mala. Por el contrario nos muestra a todos los personajes como gente más o menos corriente. Con algunas excepciones claro (el Mago es básicamente un villano se mire por donde se mire). La definición del personaje de Elphaba es también bastante buena, haciéndote sentir empatía hacía ella pero sin llegar a convertirla en una bellísima persona, haciendo a veces que repruebes sus actos. Igualmente varios de los personajes secundarios son también bastante interesantes, si bien hay un par de ellos (especialmente los personajes masculinos) que deberían ser más importantes y por los que no llegas a sentir nada.

Como cabría esperar Elphaba está representada como una incomprendida y una rebelde. El problema es que algunos de los cambios de actitud que sufre el personaje a lo largo de la historia son a veces no muy creíbles. Este problema se acentúa cuando al final de la novela se intenta dar una especie de explicación mágica que en realidad no explica nada. Precisamente es ese pequeño matiz místico, o mágico, lo más flojo, ya que no está bien desarrollado a lo largo de la novela, apareciendo en puntos aleatorios y sin ser resuelto nunca. Al final se dejan demasiados cabos sueltos.

La novela sufre también de ese mal que por alguna razón es tan común en la literatura, el final acelerado. Todos sabemos como termina la historia de El Mago de Oz, pero eso no quiere decir que se tenga que dejar a medio contar. No es tan grave como en otros casos, pero es terrible ese momento en que la bruja lanza tres oleadas de criaturas, éstas son derrotadas y finalmente envía a sus monos alados para traer a Dorothy, todo en dos páginas. Además este punto sufre otro problema y es el aparente cambio de actitud de la bruja de un párrafo al siguiente. Si el autor pretendía mostrarnos la desesperación o quizá la inestablidad de la bruja, no ha funcionado.

Finalmente el tema del libro es claro, el mal es algo relativo. A ese respecto está bien logrado el que no haya, con la posible excepción del Mago, ningún personje maligno. Como ya he dicho la bruja mala no es mala, pero la buena tampoco. Hay una frase que, si bien en el libro queda un tanto forzada, fuera de él suena a cita interesante: “People who claim that they’re evil are usually no worse than the rest of us. It’s people who claim that they’re good, or anyway better than the rest of us, that you have to be wary of.” ("La gente que asegura ser mala no es normalmente peor que el resto de nosotros. Es con la gente que dice ser buena, o al menos mejor que el resto de nosotros, con los que hay que tener cuidado")

Mirando comentarios de lectores por Internet (vale, lo reconozco, sólo los de Amazon) parece que la opinión está muy dividida, la gente odia la novela o la adora. Personalmente ni una cosa ni otra. Si tengo que decidirme diría que me ha gustado, he disfrutado con ella, y le he llegado a coger cierto aprecio al personaje principal (especialmente en los años de universidad, la parte más lograda en mi opinión). Pero como historia está desequilibrada, además de los problemas ya mencionados.


Nota: 6

viernes, 7 de septiembre de 2007

El vicio de la lectura

Pues sí, porque es otro vicio más, la verdad, de los que te dejan la cuenta de ahorros temblando. Pero siempre queda mejor decir que te dejas la pasta en libros que en alcohol.

Bueno, pues de eso va este nuevo blog, de la palabra escrita. Aquí publicaré comentarios y/o críticas sobre los libros que me vaya leyendo (y que irán apareciendo en la sección Now reading del lateral). Pero igualmente, como también soy escritor aficionado, os torturaré con los maltrechos frutos de mi retorcida mente.
Esa era la idea inicial cuando pensé en crear este blog. Pero entonces se me ocurrió "¿porqué deleitarme yo solito en este ejercicio sádico cuando puedo invitar a todos mis amigos?" Así que la idea es ésta: busco colaboradores para el blog. Me da lo mismo que sea para comentar libros, cómics o cualquier cosa relacionada, como ya he dicho, con la palabra escrita, como para publicar sus propios relatos aquí. Supongo que siendo varios podremos mantenerlo más actualizado y atraer a más amiguetes que pueda ponernos verdes en los comentarios, además de ponernos verdes entre nosotros mismos (que al fin y al cabo es el objetivo, que así crece uno). Así pues, si alguien se apunta que me lo diga en los comentarios y le mandaré la invitación de colaborador. No necesito que os comprometais a nada, si publicais una sola entrada en el resto de vuestras vidas, me daré por contento.
¡No me dejeis solo!

... y bienvenidos

PD: El nombre se me ocurrió sin más (ya sé que no es muy original). Existía otro blog de nombre similar, pero puesto que lleva tres años inactivo (y sólo duro 8 meses) me siento con derecho a usurparlo. La dirección del blog (leeburro.blogspot.com) la he sacado de una canción de Mamá Ladilla ;)
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