sábado, 20 de octubre de 2007

Cuentos del agua

He pensado que es una buena idea publicar aquí convocatorias de concursos de relatos de las que tenga noticia, para aquellos que estén interesados en participar. Invito a mis colaboradores a hacer lo mismo (y así yo también me entero).
En este caso se trata del concurso Cuentos del Agua, organizado por la Expo Zaragoza 2008, que tiene como temática (¿lo adivináis?) el agua. Del mismo modo todos los relatos presentados a concurso tienen que tener relación con el agua. De hecho según las bases se juzgará la relevancia que ésta tiene en el relato. Para aquellos que estén interesados podeis encontrar más información aquí: Escuela de escritores.

Por mi parte pretendo participar. Tras el fallo del jurado es posible que publiqué aquí mi relato para escarnio público (podeis comprar piedras para la lapidación en la entrada, las bolsas de gravilla están de oferta).

lunes, 8 de octubre de 2007

Cuando los escritores entran en el mundo del cine...

El pasado Lunes tuve la gran presentación anual que inicia los comienzos de las clases de la escuela de cine y artes de Madrid... en ella pudimos ver, en gran primicia, la última película del escritor, director y jurado de San Sebastián, Paul Auster

un gran tipo, Paul Auster
gran escritor, gran nombre reconocido, gran director de cine desde la oportunidad que le brindó Wayne Wang con Smoke... gran moderno

Paul Auster es un escritor del momento, de los modernos, de los adolescentes de ahora
pero debo reconocer que este hombre no ha escrito para mí...

este verano decidí comenzar la aventura de leer a Auster. después de ver Smoke y comprarme el Cuento de Navidad de Auggie Green (que, hasta la fecha, es lo que más me ha gustado de él, tanto el relato como la película) decidí empezar con El Palacio de la Luna

es una historia con una premisa muy interesante, la búsqueda de un mito, de un padre, la ausencia de un referente paterno y cómo influye en la vida, la repetición en bucle de las vidas, el amor y todas sus consecuencias catastróficas... tiene muchos temas interesantes que quizá no supe captar, quizá el hecho de que me resultara tedioso y, en ocasiones, algo aburrido pero con un buen sabor de boca final (al menos, por haberlo terminado) fuera responsabilidad mía

de modo que decidí dar otra oportunidad al escritor y recibí como regalo de cumpleaños la ansiada Trilogía de Nueva York
tres relatos con idea policiaca... con la misma idea... con el mismo modo de escribir...
clones...

George Lucas creó a los peores clones de la historia, sobre todo, porque los puso todos juntos en una gran pantalla. No llegó a tanto, pero los tres relatos, en novelas diferentes, hubieran tenido mejor resultado. Puedo entender tres historias diferentes sobre la vida en Nueva York, pero tan similares...

Lo cierto es que Auster se arriesga muchísimo en sus personajes, es un escritor íntegro, se mete en los pensamientos más inciertos de los personajes y no ha creado filosofía barata como tantos otros, pero en todos sus libros pasa lo mismo, siempre el protagonista es un personaje herido, siempre ha sufrido la pérdida de una mujer o hijo (que conste que no es un dato spoiler, en casi todos sus libros a las 30 páginas ya sabes a qué persona importante en su vida perdió el protagonista) y no llega a ser, para nada, todo lo innovador que el fanatismo literario ha creado

pero todos los "grandes" merecen otra oportunidad... así que vimos La historia íntima de Martin Crown en el Kinépolis con el grandioso David Thewlis y la guapa Irene Jácob (debo definirlos así, el está genial, ella, sólo guapa)
en fin, quizá hablando de cine esté más en mi ambiente, pero es una novela gráfica en un proyector... tiene una maravillosa idea que espero que, algún día explote de una mejor manera, una musa enamorada del escritor y cómo él decide sacrificar su obra por ella
Tras la idea, apenas queda la interpretación de Thewlis, cercana, divertida, perfecto en el papel del gruñón Auster. y eso es todo lo bueno que diría que tiene...
Cuenta con una dirección cutre y forzada con los típicos flashes en blanco y negro típicos en los más ñoños del cine, planos cerrados en el mismo ángulo y abiertos de nuevo en el mismo varias veces, hasta cansaral espectador y, lo peor al tratarse de un escritor de talle, un lamentable ritmo que hace que la historia parezca acabar continuamente o que, al menos, uno lo desee...

No sé por qué me extrañó, lo mismo sucedió con Lulú on the bridgue que, pese a Harvey Keitel y un par de hermosas frases de autor, peca de lo mismo

¿Quizá es que Auster empezó a fastidiarla cuando se metió en el cine? ¿Ha llegado a confundir ambas carreras y ya no nada en ninguna? no sé si hizo Smoke antes o después de las novelas que he citado, es que me ha desinteresado hasta ese punto de, ni siquiera, apretar una tecla en el google

pero aún así no seré rencorosa e intentaré amoldarme al mundo cultureta moderno, que suele tener muy buen gusto salvo excepciones

así que... ¿alguien me puede recomendar alguna obra decente de Paul Auster o le mando definitivamente a tomar por saco?

lunes, 1 de octubre de 2007

Wild Cards (1)

WILD CARDS
Edited by George R. R. Martin

En 1986 el mundo de los superhéroes estaba cambiando. Gran parte de la culpa la tuvo Watchmen la obra maestra del cómic de Alan Moore. Al final la gran revolución del mundo del cómic se quedó en agua de borrajas por motivos en los que no me explayaré aquí (y que el propio Moore explica tan bien en sus entrevistas). Pero el caso es que algo cambió en la percepción de ese género aquel año. El volumen 1 de Wild Cards apareció efectivamente en 1986, y tiene un obvio punto en común con Watchmen. Son ambas obras "adultas" dentro del género superheroico (aunque Wild Cards en formato de novela y Watchmen en cómic) y ambas se plantean como sería el mundo real si existieran de verdad los superhéroes. Y ambas son lecturas que merecen la pena.
Wild Cards nos plantea un mundo alternativo en el que, tras la Segunda Guerra Mundial, un virus extraterrestre llega a la Tierra, matando a miles de personas, transformando y deformando a otros (los llamados Jokers), y dotando a unos pocos elegidos de superpoderes (los llamados Ases). A partir de este punto vemos la historia de Estados Unidos en este universo alternativo, desde los años 40 hasta la actualidad (lo que era la actualidad en 1986, claro).
La historia está construida a base de relatos cortos, cada uno realizado por un autor diferente, y editados por George R. R. Martin (uno de los autores de fantasía y ciencia ficción más famosos en los últimos tiempos gracias sobre todo a su saga Canción de hielo y fuego, a la que estoy irremediablemente enganchado) que también colabora con la historia Shell Games y los interludios que salpican la novela.
Toda obra de este estilo sufre un lastre de partida, y es la irregularidad en la historia. Wild Cards no es una excepción. Obviamente unos relatos son más interesantes que otros, pero la idea general de la obra y la empatía (o la repulsión) que provocan los personajes es suficiente para mantener el interés durante casi toda la obra. Hay un par de ellos, no obstante, que cuestan un poco más: The long dark night of Fortunato (de Lewis Shiner), por excesiva, y Down deep (de Edward Bryant y Leanne C. Harper) por aburrida y farragosa. Esto se compensa con algunas historias geniales, como la ya comentada Shell games, donde se puede apreciar la gran habilidad de narrador de George R. R. Martin, que le ha valido tanto éxito posteriormente, Transfigurations (de Victor Milán) donde nos encontramos con el mismo Jim Morrison y nuestra primera verdadera lucha de superpoderes, o The Sleeper (de Roger Zelazny) si bien no por su calidad literaria sí porque nos presenta uno de los personajes más interesantes, Croyd Crenson.
En general un libro más que recomendable, especialmente para lectores de comics, que verán muchos de los clichés del género enfrentados a la dura realidad. En realidad no es más que el primer tomo de la primera trilogía de una saga que lleva ya 17 volúmenes (con el 18 saliendo en enero de 2008). Pero desde luego al menos para al menos los dos siguientes a mi me han convencido.
Nota: 7,5
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