lunes, 1 de octubre de 2007

Wild Cards (1)

WILD CARDS
Edited by George R. R. Martin

En 1986 el mundo de los superhéroes estaba cambiando. Gran parte de la culpa la tuvo Watchmen la obra maestra del cómic de Alan Moore. Al final la gran revolución del mundo del cómic se quedó en agua de borrajas por motivos en los que no me explayaré aquí (y que el propio Moore explica tan bien en sus entrevistas). Pero el caso es que algo cambió en la percepción de ese género aquel año. El volumen 1 de Wild Cards apareció efectivamente en 1986, y tiene un obvio punto en común con Watchmen. Son ambas obras "adultas" dentro del género superheroico (aunque Wild Cards en formato de novela y Watchmen en cómic) y ambas se plantean como sería el mundo real si existieran de verdad los superhéroes. Y ambas son lecturas que merecen la pena.
Wild Cards nos plantea un mundo alternativo en el que, tras la Segunda Guerra Mundial, un virus extraterrestre llega a la Tierra, matando a miles de personas, transformando y deformando a otros (los llamados Jokers), y dotando a unos pocos elegidos de superpoderes (los llamados Ases). A partir de este punto vemos la historia de Estados Unidos en este universo alternativo, desde los años 40 hasta la actualidad (lo que era la actualidad en 1986, claro).
La historia está construida a base de relatos cortos, cada uno realizado por un autor diferente, y editados por George R. R. Martin (uno de los autores de fantasía y ciencia ficción más famosos en los últimos tiempos gracias sobre todo a su saga Canción de hielo y fuego, a la que estoy irremediablemente enganchado) que también colabora con la historia Shell Games y los interludios que salpican la novela.
Toda obra de este estilo sufre un lastre de partida, y es la irregularidad en la historia. Wild Cards no es una excepción. Obviamente unos relatos son más interesantes que otros, pero la idea general de la obra y la empatía (o la repulsión) que provocan los personajes es suficiente para mantener el interés durante casi toda la obra. Hay un par de ellos, no obstante, que cuestan un poco más: The long dark night of Fortunato (de Lewis Shiner), por excesiva, y Down deep (de Edward Bryant y Leanne C. Harper) por aburrida y farragosa. Esto se compensa con algunas historias geniales, como la ya comentada Shell games, donde se puede apreciar la gran habilidad de narrador de George R. R. Martin, que le ha valido tanto éxito posteriormente, Transfigurations (de Victor Milán) donde nos encontramos con el mismo Jim Morrison y nuestra primera verdadera lucha de superpoderes, o The Sleeper (de Roger Zelazny) si bien no por su calidad literaria sí porque nos presenta uno de los personajes más interesantes, Croyd Crenson.
En general un libro más que recomendable, especialmente para lectores de comics, que verán muchos de los clichés del género enfrentados a la dura realidad. En realidad no es más que el primer tomo de la primera trilogía de una saga que lleva ya 17 volúmenes (con el 18 saliendo en enero de 2008). Pero desde luego al menos para al menos los dos siguientes a mi me han convencido.
Nota: 7,5

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